Que cerca tenemos muchos condimentos, especias o hierbas para seguir alimentando nuestros registros olfativos.
Hoy os quiero habla de la pimienta blanca, una especia común en todas las casas, que da un toque característico a los platos o infusiones que tomemos.
Si, si claro!! en infusiones también!! En cualquiera de sus variantes, añadidas a una infusión en invierno, os aseguro que resucita a un muerto, eso sí con moderación y los granos enteros.
La pimienta Piper Nigrum es una especie de la familia de las piperáceas, cultivada por su fruto, que se emplea seco como condimento. El fruto es una pepita que se puede usar en polvo o entera obteniendo variedades como la negra, blanca o verde, con la única diferencia : El grado de maduración del grano.
En la medicina china tradicional tiene aplicaciones varias, pero la más comunes son todas las relacionadas con «el calor » que aporta su fruto para calentar las zonas a tratar como articulaciones, artrítis y dolores musculares.
Su aroma recién molida es intenso, hay que acercarse con moderación.
Oleoso, picante y fragante.
Maderizado, pero una madera aromática algo anisada, joven y floral, como las flores que crecen en las playas tan salinas, tan salvajes.
El aroma a pimienta blanca te transporta a un paisaje exótico, y verde, muy verde con recuerdos agrestes y cerrando los ojos parece tener cerca una arizónica recién cortada, a pino, a resina, y sí, definitivamente ese el aroma principal, pertenciente a la familia de las coníferas, verde intenso y picante.
Espero que con estas notas de cata, con un producto tan accesible os animéis a poner a prueba vuestros sentidos.
Nos vemos pronto.