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Tómame siempre en compañía,( y me lo dijo muy en serio).
Nunca me bebas solo, porque no podrás comentar si te gusto o no, no podrás contar de que uva estoy hecho, ni donde nací, ni compartir la primera idea que te pase por la cabeza, ni perder la mirada cuando intentas adivinar mis aromas.
Tampoco hablarás de mi creador, de mi padre, ni serás capaz de recordarme.
Estoy creado para darte el placer de compartirme.
Desde el año 97 que comencé a dedicarme profesionalmente al vino, no recuerdo una cena de amigos sin vino, ni un vino sin ellos.